Historia de la comuna
Alto Biobío, ubicada en la Provincia del Biobío y en la Región del Biobío, fue creada el 25 de agosto de 2003 y aprobada en el congreso en 2004, separándose de la comuna de Santa Bárbara. Su capital es la localidad de Ralco.
A pesar de ser una comuna con poco más de 20 años de existencia, la evidencia arqueológica más antigua de presencia humana en el Alto Biobío se remonta al período entre los años 300 y 1300 después de Cristo. Algunos estudios sugieren incluso fechas de alrededor de 2200 años atrás. En aquellas épocas, la población era reducida y vivía de manera aislada.
En el período entre los años 1000 y 1600, la evidencia arqueológica señala un aumento en la población y posibles interacciones con culturas vecinas, quizás otras culturas andinas de Sudamérica. A partir del siglo XVII, se tiene constancia de que a los pobladores nativos del Alto Biobío se les llamó Pewenche. Además de la tradición oral y la arqueología, las fuentes escritas disponibles nos brindan información sobre la historia de esta comunidad.
En resumen, los pewenche, desde hace siglos, han mantenido una identidad propia, una lengua única y rasgos distintivos. A lo largo del tiempo, han incorporado influencias españolas, chilenas y mapuches, pero su identidad sigue siendo evidente en las características observadas en la comuna.
El Pewén, El Arbol Sagrado
Los pewenches, también conocidos como “Gente de la araucanica”, se especializan en la cosecha del piñón. Este nombre nos fue dado por los mapuches con quienes comerciábamos. Las araucarias, árboles milenarios cargados de piñones o ngillíus, cubrían la cordillera. Estos frutos son ricos en hidratos de carbono y valor energético, lo que llevó a los pewenches a crear múltiples preparaciones, rituales y usos cotidianos para aprovecharlos.
La araucaria (Araucaria araucana) es una conífera endémica de la cordillera de Chile y Argentina. Su crecimiento es muy lento (1 mm de diámetro por año), y puede alcanzar alturas de hasta 50 o incluso 80 metros. Existen araucarias macho y araucarias hembra, que se agrupan en familias. Este árbol es el símbolo nacional de Chile.
Según la tradición de nuestros ancestros, una pareja de espíritus antiguos vigila las pinalerías y controla la producción de piñones. Estos espíritus son los esposos Pewén Vüchá y Pewén Kusé, quienes habitan en una ruka en lo profundo de los bosques de araucarias. Pewén Vüchá supervisa los árboles machos, mientras que Pewén Kusé cuida los árboles hembra.
Vestimenta y textiles
En la era precolombina, los pewenches confeccionaban sus rucas y vestimenta utilizando cueros de guanaco, zorros, puma y venado. Cosían estos materiales con agujas de madera e hilos del mismo cuero. Posteriormente, aprendieron de los españoles a esquilar ovejas y a hilar su lana para crear prendas, mantas y telares. Para lavar la lana, utilizaban hojas del árbol chiñ chiñ y la teñían con pigmentos extraídos de árboles, arbustos, piedra volcánica y raíces, así como con gredas y flores.
Tecnicas de tejido
En la tradición de los pewenches, la lana se hilaba utilizando una rueca o un huso después de escarmenarla para eliminar el polvo o pasto. Luego, se tejía con palillos o en telares. Los primeros palillos eran de colihue o de un espino hueco, que también se usaban para hacer bombillas de mate. Actualmente, se emplean palillos de metal para tejer prendas como peleras, chombas, guantes, bufandas, morrales, medias y gorros. El tejido a palillo generalmente comienza con lana blanca y luego se intercalan colores según el bordado y su significado. Además, se practica el tejido en el utral, un telar parado apoyado en la pared. En este proceso, se entrevera la lana con un colihue o madero delgado llamado “tonón”, y se golpea el telar con una tablilla denominada “ngureweo ñerehue” para apretar el tejido, lo que se conoce como “ñimiwe”.
Algunas prendas tradicionales de los pewenches incluyen:
Peleras para la montura: Confeccionadas de manera muy tradicional en las comunidades pewenches.
Lana: Frazada delgada y a rayas.
Poncho o manta: Por lo general, de color plomo con rayas.
Chamanto: Rebozo con figuras cuadriculadas que representan los cuatro ejes terrestres.
Prevenciones: Alforjas para la montura, que se cargan al hombro si el traslado es a pie. Hoy en día, se fabrica un morral similar en función al telar.
Pilkén o chamal: Tejido cuadrado con hilo muy delgado de oveja negra o café oscuro, utilizado por las mujeres sobre otras prendas. Se sostiene con prendedores, alfileres y amarras.
Trariwé: Faja tejida con figuras simbólicas, que sirve como cinturón y para la cola del bailarín en el ngúillatun, representando al ñandú.